En un lugar ajeno a las rutinas y a los horarios ajustados.Dónde millones de almas dejan un pedacito de ellos para no olvidar la experiencia vivida,y al mismo tiempo se llevan algo que les recordará aquellos días en los que sacaron su espíritu de trotamundos y decidieron tirar la casa por la ventana. Tantas cosas que ver,que descubrir y que entender a la vez,demasiada información para el cerebro,que luego descansará sumido en la espuma de un capuccino o en el sabor de un cremoso helado de chocolate.O quizás de vainilla.
Nuevamente esta brisa trajo consigo recuerdos y nostalgias de la bella Italia,que nunca querré quitar de mi mente.
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